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Trata de no repetirte nunca, ni en el ícono, ni en el cuadro, ni en la palabra,
si algo en su acto te recuerda un acto antiguo,
me dice entonces la voz del nuevo nacimiento:
borra, cállate, apaga el fuego si es fuego,
para que los faldones de tu pensamiento sean más ligeros
y no se enmohezcan,
para escuchar el hálito de un día nuevo en el desierto.
Lávate el oído, borra los días antiguos, solo así
serás más sensible y más blanco,
pues mancha oscura ellos yacen sobre tu hábitos
en la sabiduría, y en el soplo de la ola
se dibujará para ti lo nuevo.
Tu pensamiento encontrará los contornos, imprimirá el sello de tu
rumbo.
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